Las enfermedades más comunes en verano y cómo evitarlas

Los problemas estomacales, conjuntivitis, otitis e infecciones urinarias son los más conocidos. Conoce cómo evitarlas para disfrutar de un verano pleno. El aumento de las temperaturas en verano propicia el que haya una serie de enfermedades que sean más frecuentes en esta época. Las personas suelen cambiar sus hábitos volviéndose un poco más descuidadas en cuanto al cuidado de su salud y alimentación.

Problemas estomacales, otitis, faringitis, infecciones urinarias y quemaduras solares son algunas de las urgencias médicas más comunes durante el verano. En la siguiente nota te contamos cómo evitarlas y así disfrutar de la calurosa temporada.

Problemas estomacales
Los hospitales normalmente ven dos tipos de afectados durante el verano: las personas que comen o toman en exceso y que buscan tratamiento de emergencia por molestias estomacales, y aquellos que se intoxican por un plato que no se preparó utilizando las precauciones adecuadas de seguridad alimentaria.

Los niños y los ancianos son perfiles especialmente vulnerables y susceptibles de contraer patologías gastrointestinales durante los meses de verano. Este tipo de enfermedades suelen ser circunstanciales y tratadas de un modo correcto, desaparecen a los pocos días sin mayores consecuencias. Aun así, el número de consultas de urgencia en centros especializados en el aparato digestivo se duplica durante esta temporada.

Recomendación: Evitar comer en lugares ambulantes o con condiciones insalubres. Lavarse muy bien las manos, antes de comer y después de ir al baño. Tomar agua hervida, clorada o bien, embotellada. Lavar y desinfectar frutas y verduras.

Fracturas y eguinces articulares
Las personas suelen incrementar su actividad deportiva en verano, lo que está directamente relacionado con un aumento del porcentaje de urgencias de traumatología de hasta el 20% durante esta época del año. Los dolores de columna, esguinces articulares y fracturas son las patologías más frecuentes.

Recomendación: Es fundamental realizar un buen calentamiento previo y estiramiento posterior al realizar cualquier actividad deportiva, así como la correcta hidratación.

Otitis
En esta estación es frecuente el aumento de los casos de otitis externa como consecuencia de la práctica de la natación en la playa o la piscina. Para prevenir este tipo de afecciones se debe evitar los cambios bruscos de temperatura y practicar deportes acuáticos con la debida precaución y formación, ya que son las principales causas del aumento de las consultas otológicas.

Conjuntivitis
Las causas pueden ser diversas: exposición al sol, el aire acondicionado o una infección adquirida, por ejemplo, al abrir los ojos bajo el agua de la piscina o la playa sin llevar gafas especiales. También por el uso de lentillas durante demasiado tiempo.

Recomendaciones:

- Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón por lo menos durante 20 segundos.

- Evitar tocarse o frotarse los ojos.

- Evitar compartir maquillaje, lentes de contacto y sus estuches, y anteojos.

Erupciones agudas, picaduras de mosquitos u hongos
La mayor exposición al sol durante el verano puede generar en la piel diferentes erupciones agudas como hongos, alergias solares y cutáneas. Asimismo, afecciones dermatológicas como por ejemplo las quemaduras solares, o las picaduras de mosquito o medusa también son frecuentes en esta época del año.

Infecciones vaginales y urinarias
Son las dos infecciones ginecológicas más comunes durante el verano. Los centros de ginecología y obstetricia pueden llegar a experimentar un incremento de hasta el 30% el número de urgencias.

Las infecciones vaginales por hongos provocan un picor molesto entre quienes las padecen así como el aumento del flujo, que suele desaparecer en cuestión de días tras aplicar un tratamiento anti-fúngidos. En el caso de las infecciones urinarias, estas provocan ganas continuas de ir al baño, evacuando poca cantidad y deben tratarse con antibióticos.

Recomendaciones: Beber líquido de manera abundante, evitar los jabones con fragancia y no retener la orina.

Exceso de consumo de sal
El consumo excesivo de sal puede aumentar demasiado la tensión arterial, y ésto puede contribuir a provocar infartos al corazón o cerebrales, e insuficiencia cardiaca.

Los pacientes cardíacos y de diálisis, en particular, son muy sensibles a este condimento. Al comer en exceso, sus cuerpos no pueden procesar la sal adicional y retienen líquidos.

Recomendación: La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda en general el consumo medio de 5 gramos de sal al día (lo que equivale a una cucharadita de café llena), y, si es posible, mejor que sea sal yodada, para ayudar al buen funcionamiento de la tiroides.

Fuente: La República 

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